Todo tiene el mismo
color. A otra casa le ponen numero. Ponen nombres a los que se enumeran, a los
que no tienen deseos. Desde mas alla del Oceano, siguen llegando cartas de la
primera guerra mundial. Llegaron los monos: el hombre lento. El hombre alma.
Los Linyeras.
Los que caminan con las
manos en el fuego o acarician el aire con hielo de su corazon.
Usa toga el Juez:
Juzga al Dios y al
Teniente, mas no al Pudiente.
Juega al monopolio de
la creación: Un mono!
Pero les advirtieron
que no se divertia con solo una banana…
Y ahí empezo esto de
soltar los blancos palomos de la Paz en esas tardecitas de cebar deseos desde
el oceano.
Hoy estan llegando los
sonidos del tambor negro de hace millones de años.
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