Entre tanto, la Vida.

Daba por abiertos los ojos. Creia en un mundo real y continuo. Sentia al viento cada mañana. Podia silenciar mi pensamiento durante un segundo. Movilizar el universo hacia otra cosa, hacia un circulo, hacia un portal ancestral de fuego frio y penetrante. Veia mis dedos con resina de poesia. Tenia una veintena de cuadernos donde anotaba precariamente y con mala letra, mis fantasias. Mi rencor. Mi Poesia sin rumbo. Cuadros de litografias inertes, sin vocablos de movimientos. El corredor de mi edificio. Un laberinto de pequeñas ciudades fotografiadas por ciegos. Denme un momento que retomo el aliento dijo el muerto. Sus huesos podridos subian y bajaban por un inexiste ya, miembro varonil. Y mientras, te describia las noticias viejas. Las que les habia inventado el escritor sadico de un pasquin del centro. Esos viejos edificios de editoriales de sexo que quedaron vacias al aparecer internet. Estaba viajando a esa epoca que apenas me afloraba la barba que hoy es casi blanca. Mientras estos pasadizos del recuerdo me imponen que deje por hoy estas lineas y cruce la barrera hacia la gris quietud de la siesta sin orgasmos ni lectura. Para la noche me habre olvidado de esta hoja que hace unas horas estaba en blanco y aun asi no dice nada.